Poco a poco los bailarrines profesionales fueron reemplazando a los aficionados de la nobleza. Con la aparición de los teatros se crea organizaciones de bailarines o "ballets", que llevan la danza de salón a escenarios , cuyo fin fue el de demostrar la habilidad y las creaciones coreográficas. El bailarín se preocupa entonces por el movimiento en el escenario y las formas coreográficas del grupo, que por el sentimiento  de conivencia, que era el motivo de las reuniones sociales anteriormente.

 

Con el surgimiento de la clase comercial e industrial, la cultura y el arte  se salen de control de la iglesia. Con la creación y difusión de la danza de espectáculo  en los escenarios, deja de estar la danza sostenida por la nobleza, para su diversión exclusiva y se habre a la posibilidad de ser contemplada por todo aquel que esté en posibilidad de pagar su entrada.

 

Apesar de la enorme difusión y los constantes cambios que sufrió el ballet este sigue los mismos principios aristocráticos de su origen:

• simetría

• equilibrio

• elegancia

• armonía

• similitud del moimiento en los conjuntos

• jerarquías en las compañías

• preferencia por los desplazamientos  frontales

• dominio físico

 

Duranbte el reinado de Luis XIV el entusiasmo de los bailarines comenzó por romper con la rigidez del ceremonial de la corte; surgen los bailes de "máscaras", que comenzaron a llevarse a cabo durante el carnaval. Estas fiestas, al llegar a la media noche los invitados aprovechaban el anonimato, solicitaban bailar con la pareja que les interesara sin temor a ser rechazados..

 

Durante el reinado de Luis XV, los bailes de máscaras se generalizaron, lo cual provocó que se llevaran a l teatro y a la ópera, convirtiéndose en espectáculo.

En los salones europeos, puntos de reunion de la nobleza de la época, se bailaron:

• valses

• mazurcas

• minués

• allemandas

• pavanas

• zarabandas

• chaconas

 

La danza de máscaras se torna más espectácular transformandose en "triunfo" o stravaganza, con un toque de exclusividad. Catalina de Medicis lleva estas costumbres al mayor rango aristocrático, alternandose con cánticos, recitaciones y música.

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